jueves, 21 de enero de 2016

La tiranía de WhatsApp


Recuerdo que hacia el 1997 cuando trabaja de responsable de informática en una empresa de alquiler y venta de maquinaria no tenía el dudoso honor de tener móvil de empresa ya que ese “lujo” estaba acotado al departamento comercial y a los directivos de más rango de la empresa (¿Porque será que los directivos de TI en la mayoría de los casos se nos considera como directivos de segunda? En fin eso lo hablaré en otro post… Aquí no toca). En fin como iba diciendo no tenía móvil de empresa ni esperaba tenerlo así que me compré uno a modo particular, no porque me hiciera falta, sino porque me hacía gracia llevar uno de esos cacharros que más que portátiles eran portables debido a su tamaño y peso. (Si no recuerdo mal era un Ericsson GH-337).
Al entrar a trabajar apagaba el teléfono y lo metía en un cajón hasta la hora en que me iba ya que sabía perfectamente que no iba a llegarme a través de él nada que fuera de mi interés inmediato y que no me pudiera llegar por el teléfono fijo (Además te llamaban la atención cuando atendías llamadas particulares en horario de trabajo). Otra de las razones por las que no lo usaba era por el precio, ya fuera de las llamadas o de los mensajes cortos, que si alguien no se acuerda se abreviaban hasta que se convertían en una masa de caracteres ininteligibles que los entendían quien los escribían y supongo quienes los recibían ya que yo no los llegué a entender.
En aquella época mis viajes por España eran bastante seguidos y al no tener teléfono de empresa no podía recibir llamadas cuando iba de una sede a otra en coche (Ni falta que hacía) cuando llegaba tenía la precaución de avisar de mi llegada a la central y que me encontrarían hasta la fecha x allí.
Con todo esto quiero decir que si, que está muy bien la inmediatez en la comunicación de la información que nos dan los Smartphone, pero… ¿Hace siempre falta esa inmediatez? Si analizamos las veces que miramos el Smartphone al cabo del día la verdad es que nos llevaríamos un buen susto ya que ese tiempo lo podríamos haber utilizado en realizar algo más productivo o lúdico y la verdad es que nuestra mente lo agradecería.
Como parte integrante de una gran mayoría de los Smartphone, está la app de mensajería instantánea WhatsApp que da título a esta entrada. Yo mismo y mucha de la gente que lo usa hemos llegado a un grado de dependencia de él que empieza a preocuparme, ya no sólo por mí, sino por lo que la gente espera de mí cuando recibo un “Whats”, Güats, Güaz o de las mil maneras que se le llama.
A nivel laboral no acepto peticiones de servicio por este medio, ¡faltaría más! De hecho no tengo a compañeros de trabajo añadidos a la línea de móvil del trabajo, utilizándola únicamente para llamadas convencionales de voz, ciñéndome a recibir las peticiones a través del correo electrónico (No, no tengo implantado el ticketing pero estoy en ello). No me puedo imaginar que de repente se generase un grupo de WhatsApp que se llamara “Vamos a presionar al informático para que nos acabe nuestros trabajos pendientes”  y el icono lo dejo a vuestra imaginación pero seguro que sería algo escatológico.
A nivel personal ya es otra cosa, pero así y todo soy especial con el  puñetero software.
Mis sensaciones con el WhatsApp se podrían dividir y resumir en:

Grupos
Llamadme raro pero eso de que te puedan añadir a un grupo sin pedirte permiso es como si un día vas por la calle tan tranquilamente y de repente aparece alguien y sin mediar palabra te meten en una estancia y un montón de gente que conoces, o no, empiezan a decir sinsentidos y a enviarse fotos y videos que seguramente les harán un montón de gracia y les habrán llegado de otros grupos con lo que nos estamos retroalimentando todos con las mismas tonterías.
Ah! Y en caso de que optes en mantenerte en el grupo y estar en silencio mientras se va llenando de sinsentidos, ten por seguro que serás tildado de SOSO y aburrido.
Obviamente podéis decir “sal del grupo”, como si fuera tan fácil, si quieres convertirte en un ermitaño y que nadie te hable ¡hazlo! Parece ser que salir del grupo es como si le debieras dinero a alguien. En fin no me añadáis a grupos por favor, si queréis algo, llamadme y tomamos un café en una terraza.

Mensajes de difusión
La verdad es que cuando me llega uno no lo miro, y no porque no pueda llevar algo d interés, que seguro que no lo lleva, es por concepto, como puedes enviarme algo tan interesante que habla de verdaderas gilipolleces (De hecho lo pongo a la altura de los PowerPoint de los gatitos o frases motivadoras, por cierto este tema tiene para otro post) sin saber si YO quiero recibir eso. En fin no me enviéis mensajes de difusión, si queréis que nos riamos de alguna ocurrencia todos juntos, os la aprendéis, nos reunimos para tomar algo y nos las explicáis en el formato de toda la vida HABLANDO.

Inmediatez
Impresionante lo que da este tema, quien no ha pensado alguna vez ¿Porque no me contesta? Si no le cuesta nada; si se está tocando la pampa; lo ha recibido lo ha visto y no me dice nada.
Y eso que está en línea… ¿Con quién estará wasapeando? ¡Me está ninguneando!
¿Y QUÉ SI NO CONTESTO? ¿Hay alguna obligación en que deje todo lo que estoy haciendo en ese momento por contestar? No contesto porque no quiero o no me apetece. No contesto porque en ese momento estoy viendo una película que requiere toda mi atención ya que los marcianos están a punto de invadir la tierra (Si, Si, las películas de serie Z están por encima en mi rango de prioridades al WhatsApp) o porque estoy leyendo un libro o porque estoy paseando o porque SI, porque me da la gana no estar tiranizado a una aplicación de mensajería instantánea (Porque eso es lo que es, mal que les pese a muchos que le otorgan otro tipo de valor cercano a la verdad comunicativa absoluta).

Pareja
El tema de las relaciones de pareja y del WhatsApp es un tema en el que no voy a entrar ya que el temita por si solo ya me llevaría un post entero (prometo hacerlo).

Fotos y Videos
No, No y otra vez No. No quiero que me llenéis de videos y fotos de dudoso gusto (por llamarlos de alguna manera) mi móvil. No tengo necesidad de ver la foto desplegable en la que aparece un señor negro con 3 piernas y en la del medio lleva un lazo, o chistes/videos de dudosa calidad y que casi siempre hacen escarnio de cosas que en otros medios de comunicación difícilmente se pasarían.
Por dios no me paséis Fotos y Videos os lo agradecería, creo que podré sobrevivir sin tener conocimiento de esa información tan relevante.


Conclusión prefiero el vernos al WhatsAppear así que llámame y compartamos un rato tomando un café/ té. Nuestras mentes nos lo agradecerán. Para todo lo demás seguro que encontramos otra manera de hacer menos impersonal.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo, yo también soy "bicho raro" en este tema.
    Es más, hay algo que me molesta soberanamente, quedar con alguien para tomar algo y que tu interlocutor, amigo, compañero o lo que sea, se lo pase mirando el teléfono, es algo que no soporto y como soy como soy y lo verbalizo, madre del amor hermoso !!!!!
    Lo dicho, totalmente de acuerdo con el post.
    Salut

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